Siempre he tenido el gusanillo de las manualidades y he probado aún más cosas: dibujar en tela, dibujar sobre cristal...pero la afición que actualmente ocupa mi tiempo es el Patchwork. Es la última en llegar a mi vida y debo decir que bendita la hora en que quise aprender. El patcwork es más que una manualidad o arte con la aguja. El patcwork desarrolla la imaginación, el talento, la calma, la laboriosidad, el gusto por el trabajo bien hecho. Se vuelve a confiar en la cultura del esfuerzo, porque todo lo que montas se convierte en una joya en la que has invertido lo más sagrado que tiene una persona: su tiempo.
Me gusta, no sólo por los hermosos resultados que se obtienen sino porque me permite llegar a ese estado de calma interior que tanto necesito tras un duro día de trabajo y toma de decisiones. Mientras realizo el Quilt, no pienso en nada, sólo disfruto de las puntadas. No recuerdo nada más y el tiempo se me pasa volando, aunque a veces la espalda me hace algún guiño para que pare.
Es curioso...el patchwork tiene la versatilidad de su estilo y forma y al mismo tiempo tiene la capacidad de relajarte, llenarte de calma, al no pensar en nada y también, favorece la concentración, no sólo en lo que haces, sino también a lo que piensas.
Sin duda todo un descubrimiento.
Mi patchwork en este enlace podréis ver algunas de mis creaciones. Faltan otras, pues las he regalado sin hacerle fotos y otros muchos quilts, algunos preciosos, que formarán una futura colcha para mi cama. Ya iré subiendo más fotos.