Aunque ya había oído hablar de ellos, no es hasta que empiezo las clases de yoga que me tomo un momento para saber qué son y para qué sirven.
Los mandalas, cuyo significado en sánscrito es "círculo", son una representación simbólica y arquetípica del universo. Se representa con un conjunto de figuras y formas geométricas concéntricas.
Al igual que el yoga trabaja la respiración y la concentración en armonía con movimientos y posturas, los mandalas fomentan la concentración de la energía en un solo punto durante la meditación (pensar en la nada, dejar que los pensamientos transiten por la mente sin detenernos en ninguno...). Su uso es milenario y fue en el siglo pasado cuando se empezaron a utilizar como dibujos terapéuticos. Dibujar y pintar mandalas posibilita la concentración y el aprendizaje; equilibra los hemisferios cerebrales;favorece el descanso y el sueño; facilita la comunicación y pontencia la creatividad; desarrolla los sentidos y la capacidad de percepción; fomenta la iniciativa personal y estimula la imaginación favoreciendo la libre expresión. Tanto niños como adultos expresamos nuestro mundo interior, pensamientos, ideas, estados de ánimo y relaciones con el mundo de un modo cada vez más complejo, pues se empieza por pocos trazos hasta completar figuras abstractas y muy elaboradas desarrollando nuestra psicomotricidad y el gusto estético.
Es un excelente juego o pasatiempo para los niños: se divierten al mismo tiempo que desarrollan las citadas destrezas.
La concentración en el coloreado del mandala, unido a la escucha pasiva de música de fondo relajante es excelente para aquietar la hiperactividad, el mal humor y favorece el trabajo en equipo y la aceptación de las producciones ajenas.
Os animo a todos a practicar esta técnica con vuestros hijos, alumnos o en soledad.
Intentaré incluir un pequeño banco de recursos para que os los podáis imprimir.
Besitos...¡Activar vuestros chakras!
